La riqueza arquitectónica y la belleza del trazado del casco antiguo de Arcos de la Frontera han sido las causas de su declaración como Conjunto Histórico-Artístico. Los árabes trazaron el actual entramado de calles estrechas y empinadas, y la configuración de las viviendas.
El Callejón de las Monjas, estrecho, sombrío, fascinante, limitado por el altísimo costado norte de la Iglesia de Santa María y, al otro lado, el que fuera Convento de la Encarnación. Los coches lo pasan casi al ras, entre el tono curtido y dorado de los muros, color de cuero viejo.
El Callejón de las Monjas, estrecho, sombrío, fascinante, limitado por el altísimo costado norte de la Iglesia de Santa María y, al otro lado, el que fuera Convento de la Encarnación. Los coches lo pasan casi al ras, entre el tono curtido y dorado de los muros, color de cuero viejo.
Se asemeja a una galería ya que cruzan el callejón de lado a lado, una serie de arbotantes adintelados, apoyados en robustos estribos en la pared maestra del Convento. Los arcos hechos de 1.400 cantos de Aznar, acabados en el año 1.699 según proclama las inscripciones en los mármoles de los arbotantes.
