Calle Mudo de estrecha factura, sin continuidad y a la vez tranquila, lo atestiguan los adormilados gatos tomando el sol de la tarde. Conserva el tipismo de Arcos de la Frontera con su azulejo del Nazareno y sus macetas de geranios colgadas en las blancas paredes.
En la callejuela termina la calle Camino de las Nieves y comienza la del Cabezo, recibe, desde muy antiguo, el nombre de Mudo, sin duda por la falta física de algún vecino.