Galería de sitios y fotos dedicada a Arcos de la Frontera, pueblo blanco de la Sierra de Cádiz.

martes, 22 de marzo de 2016

Los Armaos de Arcos de la Frontera





Los arcenses del XVIII, conscientes de los "romanos"que sacaban la Hermandades de Sevilla, idearon un "romano" suyo, especialísimo, como para andar por casa, y a la vista del modelo y por "mor" de las armas de que iba provisto, confirmarlo como "armao", mas en consonancia que lo de "romano", aunque sea éste al que representen.




Casco de cartón piedra encasquetado con plumeros (la rejilla levantada, aunque a veces la dejen caer sobre la cara, en los momentos solemnes como los avances, la denominan "la carrillera").

Túnica de terciopelo de color (azul de San Antonio: verde de la Veracruz; morado del Nazareno: rojo del Dulce Nombre) galoneada de pasamanería plateada en especial el faldellín; corselete, peto de hojalata que les impide doblarse, por lo que han de tenerse derechos como velas; media blancas de algodón y botas de semicuero, adosada detrás tiene una espuela sonora, dos rodajas de metal con otras dos dentro, tales galletas , tatachín de 4 días con sus cuatro noches; pañuelito de seda anudado en el cuello; referente a las armas escudo también de hojalata y espada o lanza según figuren de oficial o soldado, salir de sable o salir de palo.

Vestidos de esta guisa , el jefe por delante, un niño con el estandarte S.P.Q.R., enmedio, y un "armao" con tambor y palillasos al canto, a cuyo son se cogen los pasos, rompen marcha y no paran.











Los "armaos" marchan a las ordenes del jefe:

¡Centuria!

¡Firmes!
¡Al frente paso ordinario!
pum, pum, pum...


¡Media vuelta!
pum, pum, pum...



¡Paso ligero!
pum, pum, turrum, pum, pum...




El turrum, pum, pum del tambor redobla,  suena en los corazones de los arcenses que se lo conocen de memoria, una melodía que no ha variado a lo largo de los últimos siglos. Todos los armaos de Arcos utilizan la misma melodía, ya vistan de azul, verde, rojo o "morao" y estos días son la máxima autoridad, reciben ordenes directamente del Cesar, "cuidao" porque así lo creían los antiguos que incluso se hacían valer ante otro tipo de autoridades locales que no reconocían, al menos mientras llevasen el traje.

 Antiguamente era tal el honor de ser "armao" en una cofradía que algunos pidieron como último deseo, enterrarse con su atuendo.



De azul de San Antonio: verde de la Veracruz; morado del Nazareno: rojo del Dulce Nombre (aunque estos últimos ya no lucen en la tarde del Viernes Santo).

Los "armaos" rinden un entrañable homenaje a la Semana Santa de Arcos de la Frontera y poseen un indudable valor histórico y cultural.



Texto extraído del libro "Arcos de la Frontera" de José y Jesús de las Cuevas.